La vida es urgente, es una y ahora
El cantante Pau Donés en los meses previos a su muerte compartió algunos mensajes en sus redes, supongo que desde la generosidad de dejarnos un legado, una vivencia que pueda servirnos de ayuda a quienes en principio nos vamos a quedar un poco más de tiempo en la vida.
Uno de estos mensajes fue: “Sobre todo sed felices, porque la vida es urgente, es una y ahora, y hay que vivirla con intensidad”.
Me gustaría desmenuzar este mensaje desde la perspectiva de la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT, siglas en inglés) con un doble propósito: honrar a Pau y su generosidad de compartir su experiencia de una forma tan honesta y auténtica desde mi punto de vista y también llamar la atención del riesgo constante de quedarnos en lo superficial en esta sociedad hiperconectada por las redes y saturada de mensajes e imágenes consumidas a golpe de clic.
“Sobre todo sed felices…”
Desde la ACT consideramos que la felicidad como emoción no constituye un propósito a perseguir, de hecho buscándola la perdemos. La felicidad como consecuencia de estar viviendo la vida que nos importa es otra cosa. Vivir supone elegir un camino cargado de significado por lo que valoramos y cuanto más coherentes seamos en nuestras acciones y mejor sepamos caminar en la dirección de esos valores probablemente más orgullosos y satisfechos nos sentiremos. Más momentos de felicidad tendremos. No una felicidad permanente y constante, dado que ninguna emoción tiene estas características y dado que el camino guiado por las cosas que nos importan no está exento de obstáculos.
Esos días pude ver la casa que Pau se había comprado en la montaña porque le encantaba este lugar, hacerlo fue según lo que relataba una acción valiosa. Vivir en ese lugar le permitía vivir el poco tiempo que tenia exactamente donde quería estar, en contacto con la naturaleza, disfrutando de la música, de escribir o crear, es decir, de las cosas que amaba. La casa apareció en las noticias porque se había puesto a la venta y seguro que esto le resultaba doloroso, una pérdida, una consciencia de su final, y tal vez una serie de tareas burocráticas normalmente desagradables. La otra cara que normalmente no queremos experimentar e incluso llegamos a creer que no debería estar y dado que inevitablemente existe nos lamentamos de que no se puede tener una felicidad perfecta. La verdad es que no existe tal cosa.
La vida es una moneda de dos caras. La felicidad está a un lado y detrás el dolor. Ambas caras forman parte ineludible del bienestar y la plenitud. Así que del mensaje de Pau “Sobre todo sed felices” me quedo con “actúa con valentía, comprometiéndote con la vida que te importa, aunque esto consista algunas veces en no estar de acuerdo con mis seres queridos, no hacer lo que esperan de mí o arriesgarme a que las consecuencias de mis elecciones me muestren el camino”.
“… La vida es urgente, es una, es ahora…”
Tengo una amiga que ha sufrido en sus carnes la convivencia con una persona que enarbolaba este lema a quien quisiera oírlo, en la práctica suponía que hacía gastos innecesarios y según su apetencia, sin considerar que hubiera otros gastos familiares, que tomaba decisiones impulsivas, y en definitiva que desempeñaba estupendamente el rol de “bon vivant” sobre las costillas de mi amiga. Vivir aquí y ahora no tiene nada que ver con esta experiencia.
Vivir sólo puede ser ahora porque no hay otro tiempo, otro momento real. Vivir en el pasado o futuro es vivir en la mente. Ambos son siempre pensamientos, es decir palabras, historias que nuestra mente recuerda y reconstruye una y mil veces o ideas, premoniciones que casi nunca suceden.
Ahora es el momento en que toca hacer una elección, en mi caso en este instante teclear y seguir pensando sobre lo que estoy escribiendo. Puedo hacer esto o podría ponerme a leer un libro o podría salir a caminar o podría hacer una llamada de teléfono o podría acercarme hasta el gimnasio a darme de baja que lo tengo pendiente desde hace unos días. Es decir, ahora podría elegir de todas estas cosas, otra diferente a teclear, no estoy condenada a teclear en el ordenador, ni a estar sentada en esta silla. He elegido escribir y entonces sí, es lo único que puedo hacer en este instante. Elegir es inevitable. Se trata de elegir en función de lo que me da vida. Tener presente que la vida es una y ahora nos conecta con las cosas que verdaderamente nos importan, frente a la cantidad de elecciones que hacemos dejándonos llevar de la inercia, de los demás, de lo socialmente aceptable.
Vivir la vida con intensidad puede ser simplemente estar aquí y ahora tecleando en un ordenador, compartiendo unas ideas que tal vez puedan ayudar a quien lea mi blog, compartiendo algunos conocimientos de otras personas que han desarrollado una labor increíble de investigación, generando esperanza en cuanto a las posibilidades que tenemos como humanos si aprendemos a relacionarnos con nuestra mente y si huimos de la superficialidad y el consumismo, atreviéndonos a vivir como Pau nos sugería.
