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¿Qué hago con los «propósitos» no conseguidos al terminar el año?

Pasadas de largo las dos primeras semanas de 2020, puede que hayas comenzado a trabajar en esos «propósitos» o, más bien, a moverte en la dirección de tus valores. Por el contrario, puede que, como yo, estés algo desubicado, pensando: «¿Ya se terminó diciembre?, ¿¡el año!?» y todavía trates de situarte (y de obtener esa energía que, al parecer, todos debemos tener a 1 de enero).

Estés en un grupo u otro, no te machaques por los objetivos que te propusiste a principios de 2019 y que no has conseguido. La vida sigue, no se termina el 31 de diciembre cuando suenan las campanadas y tenemos la boca llena de uvas. El 1 de enero comienza otro año, en eso estamos de acuerdo, sí, pero todo continúa, incluidas esas cosas que querías hacer, conseguir, experimentar.

Y es que, por lo general, cuando llega diciembre, echamos la vista atrás a los últimos doce meses y tratamos de hacer balance: ¿qué cosas buenas me han ocurrido?, ¿qué cosas no tan buenas?, ¿he hecho algo de lo que me propuse?, ¿he cambiado, avanzado? 

Y nos entran las prisas.

Así, a escasas semanas de acabar el año, puede que nos dé por tratar de conseguir en pocos días lo que no hemos hecho los meses anteriores (y probablemente no lo logremos), o también puede que nos rindamos: «he fracasado, ya me vale…». Es decir, nos machacamos a nosotros mismos y, además, tiramos la toalla porque, total, «ya no hay nada que hacer, ¡no me da tiempo!».

Por suerte, como decía un poquito más arriba, el 31 de diciembre llega, pero después viene el 1 de enero, y seguimos. Cambia el año pero puedes continuar moviéndote, haciendo cosas, avanzando en la dirección que quieras.

En esta línea, a mí me gusta hacer cada cierto tiempo una lista de las cosas que he conseguido o las mejores cosas que me han pasado en los meses anteriores. No tienen que ser «grandes» acontecimientos o experiencias, como tener un hijo, dar la vuelta al mundo o publicar una novela (¡¡ojalá!!). A mí me gusta anotar los libros que me impresionaron, series, personajes, momentos… esos detalles que hacen que los días merezcan la pena.

También trato de hacer un pequeño trabajo de introspección, analizarme, para ver qué ha cambiado en mí durante el año, si he evolucionado, qué puedo mejorar, qué quiero trabajar los siguientes meses, etc. 

Porque se trata de eso: de seguir moviéndote en esa dirección que marcan tus valores y convicciones, poquito a poco, día tras día, ya sea 3 de enero, 27 de agosto o 10 de noviembre.

A continuación tienes un listado con los 27 artículos que hemos publicado en el blog en 2019:

Nuevo año, nuevas oportunidades

La regla de los cinco segundos para dejar de procrastinar

Kintsugi, la práctica de llevar las cicatrices con orgullo

Mi experiencia con trastorno de ansiedad y el «sentido arácnido» defectuoso

Carta desde el futuro

La normalidad es destructiva

El hábito saludable de escribir tus pensamientos

Limpia y ordena tu mente (sí, con Marie Kondo)

«Esto solo me pasa a mí»… ¡No!

Cuestión de prioridades

Disfruta de la llanura

Crisis existencial: ¿Qué estoy haciendo con mi vida?

Me ha tocado el premio gordo: introversión y timidez

¿Qué hacemos con la culpa?

Cómo las listas de gratitud pueden mejorar tu vida

El chico que no quería decepcionar

De la zona de confort a la zona de crecimiento

3 consejos para afrontar los pensamientos «ninjas»

Resaca emocional: qué es y qué hacemos con ella

La utilidad del sufrimiento

Tablero de visión: recordatorio útil, visual y bonito de tus valores

¿Qué es la eyaculación precoz?

Lo que no te cuentan de acudir a terapia

Síndrome del impostor: ¿te consideras un fraude?

Tenemos que hablar sobre (nuestra) salud mental

¿Cómo se resuelve el resentimiento?

Cuando parece que a todo el mundo le va mejor que a ti

 

Cintia Fernández Ruiz, autora del post
Imagen: Atlas Green