¿Es el orgasmo femenino más complicado?
El principal motivo de consulta de las mujeres que acuden a la sexóloga es la dificultad para alcanzar el orgasmo.
Algunas nunca lo han experimentado y otras sólo lo consiguen en algunas ocasiones. La mayor parte se sienten raras y consideran que no son normales. En general, se quejan de no poder conseguir el orgasmo únicamente con la penetración, consideran que su vagina no es adecuada y que algo les pasa.
Conviene ir desechando (empezando por las propias mujeres) la creencia errónea de que el orgasmo femenino es más complicado, que se necesita más estimulación o más tiempo para poder alcanzarlo.
Siempre me he preguntado cómo sería el orgasmo del hombre si para poder conseguirlo, sólo pudiera estimularse la base del pene (sin tocar el glande) o los testículos. Quizá sea una imagen un poco forzada, pero de alguna forma es lo que sucede con el orgasmo femenino. Las mujeres sienten que tienen que llegar al orgasmo mediante la penetración siendo ésta la forma más difícil, por dos motivos. El primero, es que la vagina sólo tiene sensibilidad en la entrada, los 2/3 internos apenas tienen terminaciones nerviosas y, por tanto, son menos sensibles (y éste es el motivo principal por el que el tamaño del pene realmente no importa); el segundo, es que a través de la penetración el clítoris sólo se puede estimular de forma indirecta. La única función del clítoris es proporcionar placer. No es extraño que en muchas culturas utilicen la ablación del clítoris (disfrazándolo de ritual religioso) como forma de restricción y opresión de la mujer.
Las pacientes que vienen a la consulta se llevan una sorpresa cuando les digo que es normal lo que les sucede, de hecho, sólo es un porcentaje pequeño de mujeres las que consiguen el orgasmo a través de la penetración como única fuente de estimulación y, aún en estos casos, el clítoris está implicado porque se estimula de alguna forma, al ser presionado o frotado por el torso del pene; de ahí que la mayor parte de las mujeres que tienen orgasmos con la penetración lo hagan en la posición de la mujer encima.
Sin embargo, no es fácil convencer a las mujeres y, tampoco a los hombres, de que lo que consideran un problema en realidad es lo normal, ya que lo que observan a su alrededor es justo el mensaje contrario, hasta en las películas dirigidas por mujeres, las escenas eróticas siguen el mismo patrón.
Muchas mujeres en la actualidad siguen teniendo una asignatura pendiente, responsabilizarse de su cuerpo y de su sexualidad, y esto supone implicarse en su propio proceso de desarrollo erótico y crecimiento personal. Son ellas las que han de decirles a sus parejas lo que les gusta y cómo les gusta, pero para ello necesitan conocerse, y la masturbación es la mejor forma de conseguirlo. Hace unos años se publicó un libro que recomiendo activamente y que resume de forma gráfica esta idea, ¡Tú sexo es tuyo!, de Silvia de Béjar. Quedémonos con esta propuesta ¡Tú sexo es tuyo! Hazte cargo.