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Conductas adictivas

Las CONDUCTAS ADICTIVAS pueden estar relacionadas con el consumo de sustancias como el alcohol, tabaco, cocaína, cannabis, y también hablamos de conductas adictivas “conductuales”, por ejemplo los juegos de azar, online, videojuegos, las compras compulsivas, la adicción al trabajo, sexo, comida…

Pero ¿Pasar mucho tiempo en el ordenador es una adicción?¿Fumar un porro de vez en cuando con los amigos, o un cigarro…?¿masturbarse a diario o tener relaciones sexuales a diario…?¿Encargar un montón de cosas por AMAZON…?¿Tener una pasión por la bicicleta, la montaña, la pintura o la música? ¿Jugar a la lotería de Navidad o hacer alguna apuesta…? no tienen por qué ser conductas adictivas.

Estamos muy acostumbrados a oír hablar de “personalidades dependientes” a utilizar el término de “enfermedad” para hablar del alcoholismo o de las personas adictas a la heroína, cocaína, a hablar de ludópatas. Hay otra forma de entender esta clase de problemas y desde la Terapia de Aceptación y Compromiso lo abordamos como problemas conductuales contextuales.

¿Qué elementos tienen que darse para hablar de ADICCIÓN?

Dependencia física y psicológica: por las propias características de las sustancias (alcohol, cocaína, tabaco, etc) dejar de consumirlas después de un tiempo de habituación produce síndrome de abstinencia. Se produce dependencia psicológica  cuando hay una perdida de control, deseo intenso, fluctuación del estado de ánimo y focalización.

También ha de haber efectos perjudiciales graves por esa conducta.

Y una cuestión fundamental… a pesar de todas estas consecuencias negativas y de que la persona experimente estas complicaciones sigue realizando la conducta.

¿Cómo es posible que suceda esto? ¿Cómo puede ser que la gente siga enganchándose, consumiendo, jugando y desarrollando una adicción?

Es posible, precisamente porque somos humanos. Respondemos al medio, éste nos afecta y nosotros le afectamos. Tenemos una historia detrás que nos va conformando. Elegimos. Pero nuestra conducta está regulada por las consecuencias que la siguen y otros cuantos factores importantes…….. Y además la vida no es justa, si no frustrante e imprevisible.

Consideremos la conducta de fumar, beber, o jugar, no son conductas que emergen de un día para otro, sino que suelen comenzar en la adolescencia y en ese momento ya hay una biografía iniciada (desde el primer día de nacimiento) esto es, hay unos valores, unas creencias, actitudes, hay una biología, también hay una presión del grupo de iguales, está la publicidad y los deportistas que aparecen en ella aparentando ganar y divertirse jugando o apostando, símbolos del éxito y la fama, hay posibilidades en el entorno… muy a mano, en el móvil que siempre tenemos a mano, que proporciona inmediatez y diversión al momento, sentimientos de ser libre, autónomo e independiente…

Normalmente una persona se inicia por una serie de elecciones más o menos arbitrarias, relacionadas con lo anterior, y algunas, bastantes, prueban o están un tiempo y lo dejan; Pero otras siguen adelante, repiten, persisten, practican, se enganchan.

La conducta adictiva se va construyendo en el tiempo y la vamos construyendo con nuestras acciones, por eso hablamos de conducta.

Os voy a pedir que imaginéis…. a una persona que experimenta emociones desagradables como la tristeza, el vacío, la falta de sentido, sentimientos de poca valía, ansiedad, nerviosismo y que para más “inri” tiene pensamientos negativos sobre si misma, sobre las cosas que hace, sobre que los demás lo hacen mejor y les va mejor, pensamientos negativos sobre el pasado o el futuro…. Un tormento…. y cuando juega, o apuesta, come, fuma, tiene sexo, compra…. obtiene una alivio inmediato, se evade, se desahoga, se distrae, se calma, se relaja……… y encima al principio apenas tiene ninguna consecuencia negativa. Es el paraíso!!!…. ha encontrado la forma de dejar atrás esta vida tan llena de frustraciones, tan injusta y de tan difícil gobierno, también es una forma de olvidarse de los otros, y la vergüenza que experimente cuando esta en grupo, o el miedo a hacer el ridículo….. Imaginar a alguien que quiere emociones fuertes, que ha escuchado muchas veces que tiene que sentirse bien, ser feliz, estar a tope, disfrutar a tope y que todo le salga bien….

Daros cuenta de que en realidad podemos ser casi cualquiera de nosotros, aunque hay momentos de la vida como en la adolescencia, cuando vivimos una crisis personal, social como la que estamos viviendo en que tenemos más probabilidades.

Desde la Terapia de Aceptación y Compromiso se entienden las conductas adictivas como TRASTORNO DE EVITACION EXPERIENCIAL y de una forma muy resumida podría decir que es toda una clase de estrategias (no útiles realmente) pero que sirven para evitar el malestar emocional o los pensamientos desagradables y también situaciones incómodas de forma inmediata, pero a costa de limitar la vida de la persona a largo plazo por la cantidad de efectos negativas que tienen. la persona queda atrapada en lo que cree que es la solución y, que en realidad es el problema.

Las conductas adictivas no son vicios, no tienen que ver con malas personas, ni mucho menos con personas insensibles y egoístas. Son un tipo de comportamiento ineficaz que a largo plazo y para muchas personas y sus familias puede arruinarles la vida y también llevarles a una muerte prematura.

B. F. Skinner uno de los psicólogos más influyentes en la historia de la psicologia realizó allá por los años 40 y 50 unos experimentos que nos muestran como los animales y las personas podemos ser entrenados a realizar determinados comportamientos. Esto lo saben los profesionales del marketing y también los que diseñan los juegos online, las apuestas y lo relató estupendamente hace un tiempo Hugo Saez, quien escribe sobre publicidad y marketing, en un hilo de twitter.

Hugo explicó por qué funcionan tan bien las apuestas por qué nos resultan tan atractivas y en definitiva por qué nos enganchan….

Las preguntas que se hizo Skinner fueron ¿debo recompensar al animal cada vez que hace la conducta? ¿O sólo algunas veces? Y para esto diseñó la “caja” que lleva su nombre. una caja con una palanca que al pulsarla ofrecía al animal una recompensa en forma de comida. También incluía una señal que le indicaba al animal cuando accionar la palanca.

Skinner buscaba que el animal pulsara la palanca muchas veces y durante un tiempo largo. Para incentivarlo le recompensó con comida cada vez que accionaba la palanca, pero el animal la pulsaba hasta llenarse la tripa (saciaba el hambre que tenia) y después paraba. En cambio cuando recompensó al animal de forma variable, unas veces sí y otras no, sucedió algo sorprendente: no paraba de pulsar la palanca. Incluso cuando ya no le ofrecía comida, el animal continuaban haciéndolo.

Skinner demostró que los animales se vuelven “adictos” a un sistema que les recompensa de forma variable. Recompensarles aleatoriamente por una acción lograba que repitieran ese comportamiento compulsivamente.

¿Y esto sucede también con las personas? Lamentablemente si y esto lo saben quienes diseñan las máquinas tragaperras de los bares y casinos….. Podríamos decir que una maquina de este tipo es una “Caja de Skinner” funciona igual: luces que emiten la señal de cuando actuar, una palanca para intentar conseguir la recompensa y un premio emitido de forma variable.

Hace mucho tiempo que estas máquinas están en el mercado, se sabe que están diseñadas para que el jugador pierda dinero, pero se siguen usando y las personas en ocasiones se hacen adictas. Insisto en lo de ‘HACERSE ADICTO”…. no “SE ES ADICTO” uno se va haciendo y convirtiendo en….. adicto.

Técnicamente el procedimiento de aprendizaje ideado por Skinner se llama Condicionamiento Operante y en concreto se trata de un programa de recompensa variable.

Las redes sociales utilizan notificaciones. Estas son las “señales de la caja de Skinner” que nos lleva a pulsar la palanca, en este caso un icono. Las notificaciones es la forma en que desde Facebook, Twitter o Instagram llaman nuestra atención para que entremos constantemente. La recompensa variable es “el contenido que nos ofrecen”. A veces es bueno, a veces es malo. Pero cuando vemos la notificación no podemos evitar pensar ¿y si esta vez es algo interesante? La mayoría de las veces no lo es. Pero ¿y si esta vez sí y me estoy perdiendo algo?

La industria del videojuego también ha abrazado el sistema de recompensa variable. En muchos videojuegos los usuarios progresan recibiendo “cajas”, “sobres” o “cofres” donde la recompensa es aleatoria en vez de fija. Esta forma de recompensa vuelve al juego más adictivo. En algunos países ya han comenzado a equipararlas a las apuestas y han exigido cambios a las compañías de videojuegos. Daros cuenta de cuál es el público que mayoritariamente utiliza estos juegos: niños y jóvenes. Y en este colectivo se está observando desde hace tiempo un mayor indice de adicciones.

Las casas de apuestas online, las apuestas deportivas también están basadas en el sistema de recompensa variable ya que una apuesta es exactamente eso: una señal (la cuota), una palanca (apostar) y una recompensa variable (ganar o perder). De ahí que sean adictivas.

Termina Saez diciendo que el sistema de recompensa variable tiene un origen psicológico y aparece en todas partes gracias al digital. No sólo hay que saber reconocerlo para combatirlo, sino que el esfuerzo es enorme porque al fin y al cabo, el enemigo somos nosotros mismos…… Así que ¿realmente somos tan libres como para escapar de su capacidad adictiva, una vez hemos iniciado la participación en las redes, el juego, las apuestas,…. ?

Lamentablemente para muchas personas no es una opción y quizá donde tengamos más capacidad de maniobra es en el inicio, antes del inicio y en las alternativas que podamos encontrar para ocupar nuestro tiempo sin “matarlo”, en las habilidades para manejarnos con nuestras emociones y pensamientos desagradables, en la clase de sociedad que construyamos y fomentemos, en las relaciones que tengamos, modelos familiares, y sobre todo una vida enfocada en valores (curiosidad, aventura…) más que en metas (visitar el parque de atracciones)

Pero estas empresas al final del anuncio publicitario insertan esa frase de “juega de forma responsable” y se quedan tan anchos, transmitiendo indirectamente la idea de que está bajo tu control. Lo cierto es que está bajo tu control y es tu elección hasta un punto, pero el propio juego te está enseñando según estos procedimientos de aprendizaje de razón variable y al igual que la paloma apretaba la palanca, tú vas a hacerlo sin ser consciente del proceso.

Sólo tenemos una vida para vivir, con lo que traiga, no podemos elegir muchas cosas que la vida nos da como la muerte, la enfermedad, frustraciones, pérdidas, pero tampoco la alegría, ni el buen tiempo, ni los pensamientos bonitos….

Podemos elegir vivir, podemos elegir, actuar, y tenemos una buena dosis de libertad para hacerlo, para escribir nuestro destino con la pluma de nuestras acciones….

Podemos vivir distraídos, evadidos, huyendo de nuestras emociones y pensamientos, de las cosas que no nos gustan.

Podemos vivir conscientes, abiertos, conectados con las cosas que realmente nos importan y valoramos. Vivir en realidad es apostar PERO por lo que a uno verdaderamente le importa.

 

Autora del post: Azucena Aja Maza. Psicóloga