+34 942 037 177 psicologa@azucenaaja.es

Aceptación y mindfulness para mejorar el rendimiento académico

Emociones y pensamientos limitantes: barreras internas de los estudiantes.

Cuándo los estudiantes se enfrentan a tareas académicas como pueden ser exámenes, presentación de trabajos orales, responder a preguntas en clase, resolver un problema ante el resto de la clase, etc. Nos encontramos con que con mucha frecuencia fracasan en este tipo de tareas.

Seguramente nos resulte familiar que en este tipo de situaciones surjan barreras del tipo “voy a suspender”, “no me lo sé”, “estoy nervioso”, “es muy difícil”, “no tengo ganas” etc. Estas barreras interfieren a la hora de realizar numerosas tareas académicas como exámenes, deberes, presentación de trabajos de manera oral, y en la medida que el niño o niña o adolescente se deje llevar por ellas, es probable que fracase o que el rendimiento no sea el esperado.
¿Qué es lo que está ocurriendo?
Pues que se está dedicando más tiempo y esfuerzo en el intento de controlar el malestar (tener que estar tranquilo para hacer bien un examen; tener que sentirse bien para realizar adecuadamente una presentación oral, esperar a tener ganas para hacer los deberes, etc.) que en dirigirse hacia lo que es valioso e importante para la persona (aprender, sacar buenas notas).
¿Qué proponemos como alternativa?
Un intervención individual o en pequeño grupo breve, basada en estrategias de aceptación y mindfulness.
Desde el punto de vista que defendemos aquí, pondríamos el foco no en las estrategias del control del malestar o del sufrimiento sino en las estrategias de aceptación. Este tipo de estrategias se ha visto que son eficaces en diferentes áreas como en la mejora del rendimiento ajedrecístico de jóvenes promesas (Ruiz y Luciano, 2009), así como en otros deportes como piragüismo (Fernández, Secades, Terrados, García y García, 2004) o natación (Gardner y Moore, 2004), entre otros.
Comenzar a utilizar protocolos basados en la aceptación tanto en el aula como en la terapia individual podría disminuir el grado de evitación experiencial, así como mejorar las habilidades de mindfulness, lo que conllevaría una mejora del rendimiento académico.