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Ana

Ana

Ana es una mujer de 53 años que acude a la consulta porque desde hace unos meses no sale sola de casa, necesita la compañía de su pareja o de otras personas con las que tiene confianza para salir al centro, andar por la calle, etc. Hace mucho tiempo que no pisa un centro comercial desde que estando en uno de ellos tuvo la sensación de que se ahogaba y que si hubiera seguido un poco más allí se habría desmayado.

Luisa

Luisa es una mujer guapa y simpática que acude a la consulta porque se encuentra hundida desde que su pareja tomó la decisión unilateral de separarse. Aunque ahora le resulta inverosímil, lo cierto es que Luisa jamás se había planteado que algo así podía ocurrirle. Ella creía que su amor iba a ser eterno y desde luego que jamás puso en cuestión que nada, ni nadie podría separarles.

Juan

Juan tiene 34 y Mercedes 31 años. Están intentando tener un bebe desde hace algunos meses y aún no lo han conseguido. Ella actualmente está trabajando fuera y solo pueden verse los fines de semana y algún día durante la semana.

Encarna

Encarna es una mujer de 51 años que acude a la consulta porque ha decidido intentar abordar de otra forma las dificultades que a lo largo de buena parte de su vida le han generado bastante malestar. Está casada y tiene dos hijos ya mayores que no hace demasiado tiempo se han independizado.

Una carta para mí

Hay muchas cosas por las que amo mi profesión. Una de ellas es tener la inmensa suerte de encontrarme con personas como María que me permiten acompañarlas durante una etapa de su camino para conseguir lo que les importa. De esta forma puedo conocer su historia y enriquecerme con su experiencia.

“La Cicatriz de María”

Lo único que no es real de este caso es el nombre. El resto de la historia es una regalo que una paciente me hizo al finalizar su terapia y con el fin de ayudar a otras personas que puedan estar viviendo una situación similar. En la Terapia de Aceptación y Compromiso se enseña a las personas a llevar sus “cicatrices” eligiendo ellas mismas la dirección de su vida. Interesan las estrategias eficaces mucho más que los diagnósticos.

Mi lucha contra “mis demonios” y mis adicciones

El caso de J. supone un ejemplo de como las personas podemos realizar cambios difíciles en nuestra vida en el momento que nos comprometemos con lo que nos importa. Después de años de evasión y huida consumiendo sustancias, comiendo compulsivamente o utilizando las relaciones sexuales como válvula de escape, eligió un camino diferente para poder desarrollar lo que siempre había sido su sueño, la música.