¿Qué son los problemas psicológicos?
Conductas, pensamientos, emociones, sensaciones, recuerdos que nos general malestar y nos llevan a realizar comportamientos para evitarlos consiguiendo un cierto beneficio inmediato, pero sólo para aumentar el malestar a medio y largo plazo.
Un “problema” es una situación incómoda, persistente, que suele darse en las relaciones interpersonales, a la que se ha intentado poner fin en repetidas ocasiones sin conseguirlo.
Al contrario de lo que la mayor parte de la población entiende como “problema psicólogico” no se trata de graves trastornos, ni de problemas de personalidad estables e incambiables, tampoco de déficit de carácter, ni de enfermedades mentales. De la misma forma que aprendemos y creamos los problemas psicológicos, podemos aprender una manera distinta de actuar y crear soluciones. Es el “efecto mariposa” según el cual “el aleteo de las alas de una mariposa pueden provocar un huracán al otro lado del mundo”.
¿En que consiste acudir a una terapia?
A menudo nos enfrentamos con problemas psicológicos y la mayor parte de las veces podemos resolverlos sin necesidad de una ayuda externa. Sin embargo, en ocasiones parece que estuviéramos en el medio de un círculo vicioso que nos complica la vida y aunque seamos conscientes de lo que sucede no hallamos la forma de salir. Es en este momento cuando la ayuda de un psicólogo puede resultarnos eficaz.
¿Eficaz para qué? Para acompañarte y ayudarte ofreciéndote otra perspectiva que no eres capaz de ver en ese momento, es aquello de que en ocasiones “el árbol no deja ver el bosque”. Desde la perspectiva de neutralidad y objetividad que tiene el psicólogo puede “ver el bosque completo” allí donde tú sólo ves el “árbol” y esa visión puede ayudarte a tener en cuenta cosas nuevas que te ayuden a encontrar soluciones. La ventaja del psicólogo no es que sea más fuerte, ni mejor, es simplemente la ventaja de la perspectiva.
¿Cuándo acudir al psicólogo?
- Cuando exista una dificultad que persiste en el tiempo, a la que has intentado poner solución en repetidas ocasiones pero sin conseguirlo.
- Cuando sientas que te resulta difícil continuar, que no puedes con las cosas cotidianas, que no sabes cómo salir adelante.
- Cuando necesites apoyo, alguien que te escuche sin juicio, ni critica, para exponerle lo que te sucede y buscar alternativas.
- Cuando sientas que pasa el tiempo y tu vida o tu misma está cada vez más limitada, más pequeña.
- Cuando tengas dificultades en tus relaciones, o no sepas cómo abordar algunas situaciones con tus hijos.
Muchas personas tardan tiempo en acudir a la consulta porque no saben qué se van a encontrar o consideran que aún no están bastante mal como para acudir al psicólogo. Persisten algunas creencias erróneas como que “al psicólogo sólo van los locos” o “ir al psicólogo es de personas débiles”. Sin embargo, cuando se deciden a acudir, en la mayoría de los casos comentan que durante tiempo han intentado solucionar el motivo por el que acuden y que les amargaba la vida. Y, en el camino se han ido quedando cosas importantes, mientras que las dificultades cada vez estaban más extendidas.
La mayor parte de las personas una vez que han dado el paso, incluso después de la primera consulta, manifiestan que ojala se hubieran atrevido antes a consultar. El miedo a lo desconocido, a descubrir aspectos negativos de uno mismo y el esfuerzo que supone abrirse a una persona, que aunque sea un profesional, es extraña son las limitaciones fundamentales para dar el primer paso. Después nos damos cuenta de que no hay esas cosas terribles dentro de uno mismo que uno imaginaba y al contrario que el autoconocimiento es una fuente de satisfacción y nos ayuda a ganar seguridad.